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  02/06/2023

NEBULOSA

Escrit per Olalla de Luís, del Club Social El Cercle de Girona

Luis no hacía más que mirar el reloj, continuamente, se le iban cerrando los párpados.
Se tomó un caramelo de café, por si acaso le pudiera hacer efecto.
Era una sala enorme. En ella podían ocupar unas cien personas, aunque depende de lo interesante que fueran los temas de que trataran las conferencias.
Esta vez la conferencia trataba sobre “la existencia sobre los supuestos vampiros”.
Antes de entrar a la gran sala, ya había algunas personas nada convencidas sobre este tema, sólo querían pasar un buen rato oyendo las supuestas explicaciones tontas sobre supuestos vampiros sangrientos y demás bichos raros, total, fuera, en la calle, hacía mucho frío.
Podrían pasar un rato muy agradable.
Poco a poco en toda la sala se hizo un silencio sepulcral.
Luis estaba muy contento, le encantaban esa clase de temas tan oscuros y misteriosos, siempre le habían gustado.
A la media hora los dos conferenciantes fueron explicando todo sobre el submundo vampírico, al principio los oyentes se reían y mofaban sobre las explicaciones del tema en cuestión. Más tarde los asistentes iban descubriendo poco a poco el intrigante submundo de estos nuevos respetados y admirados vampiros.
Luis, muy atento a las explicaciones, no paraba de parpadear. Hacía unos días que no dormía, no sabía por qué intentaba mantenerse despierto, algo extraño le rondaba por su imaginativa y obsesiva cabeza.
Cada noche salía de casa, no paraba de salir, sin saber exactamente porqué.
Tenía una sensación de balanceo o incluso mareo, era como entrar en una “nebulosa”.
Al cabo de unos segundos se mareó, cayó al suelo, pero su mente voló y se encontró en otro lugar, en una ciudad.
Era de noche, hacía mucho frío y detrás de Luis había un hombre, vestía con un viejo traje de época, quizás fuera del siglo dieciocho. Me giré, y me volví, me giré otra vez y se paró. Esta vez fui hacia él, y él se asustó.
Sus ojos eran como la miel y su rostro blanco como el mármol. Con todas sus venas resplandecientes, daba pavor verlo.
Primero le miró desafiante.

Sus dientes…manchados de sangre, resbalaban por su hermoso cuello, en cuanto le
sonrió…
¡¡qué esperpento!!
A los pocos segundos, Luis volvió a la fría y oscura “nebulosa”, y al momento llegó a la sala donde estaba antes de su pequeña y breve excursión. Se sobresaltó, y se encontró con un grupo de gente, y, a él mismo, con toda su ropa manchada de sangre. No se lo podía creer, se notaba totalmente que alguien había mordido Luis en el cuello, sus ojos eran de color gris, como su piel blanca y sus venas enredadas en sus manos, y su cuello para siempre.
Sí que existen los vampiros.

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